domingo, 27 de enero de 2008

Arrollado de pollo frío

Desde hace algún tiempo he querido un sustituto saludable a los fiambres "sanos" de pechuga de pollo o pavo.

Un primer intento fue la pechuga de pollo hervida. Muy simple, hervía la pechuga con sal y algún vegetal al gusto. Una vez fría, la pechuga se filetea y listo, al sándwich.

Este sistema aporta beneficios tan incuestionables como la seguridad de que lo que hay en mi sándwich es pechuga de pollo ;-). Además queda el consomé. Todo es ganancia.

Sin embargo podíamos mejorar. Está el tema de los huesos, que dificultan el fileteado. Además el sabor del pollo hervido es inferior. No olvidemos que el resto del sabor se ha ido al consomé.

Si quiero todo el sabor y la comodidad están claras dos cosas. Uno, no usar pollo hervido. Dos, hay que deshuesar el pollo antes de cocinarlo. Así, llegamos a la propuesta del arrollado de pollo, servido frío.

La primera parte de la aventura fue conseguir un pollo entero. Luego vino la aventura de deshuesarlo. Esta es la historia de mi primer pollo deshuesado.

El pollo que conseguí viene con toda la piel del cuello intacta. Fue limpiado desde atrás. No lo fotografié, era imposible mantener la cámara limpia en esta parte de la operación.

Puse el pollo sobre su "espalda" y, como todos los demás blogueros recomiendan, corté debajo del cuello hasta llegar a la "espoleta", que yo prefiero llamar el hueso de la suerte. Una vez encontrado y medio raspado, lo pude tomar con mis dedos y arrancarlo. Me sentía como todo un depredador en esta parte, pero lo mejor vendría luego.

Siguiendo las instrucciones dí la vuelta al pollo y corté en el eje de la espalda. Fui separando la carne a ambos lados, pero no por mucho tiempo. Rápidamente llegué a las alas y los muslos.

En esta parte tuve que romper las articulaciones. Lo que serían los hombros e ingles del pollo. Así el cuchillo entró más fácilmente para cortar los tendones. Ese hueso equivalente al omoplato quedó sobre la caja torácica. Después de limpiarlo logré arrancarlo fácilmente.

Rompí las articulaciones de los codos y corté las alas. Para no destruir más la piel del animal saqué el húmero y el fémur empujándolos hacía el interior. Luego de cortar bien los tendones y descubrir la punta interna, fue fácil. Como los músculos sólo están unidos a estos huesos en los extremos, el hueso salía limpiamente de la carne. Cuando halé todo el hueso, corté los tendones en la punta y los retiré.

Seguí separando la carne de las costillas, inmediatamente pude retirar toda la caja torácica con el cuello hasta la cola. Supongo que esa era la razón de retirar el hueso de la suerte primero, qué afortunado fui.

Finalmente terminé de sacar los últimos huesos pegados a la pechuga. Estaba listo.

Lavé la pieza de pollo, limpié la grasa, distribuí la carne.

Sal, pimienta, tomillo, romero, orégano, zanahoria, célery y pimentón. Enrollé, amarré, cociné en un poco de aceite al fuego bajito por una hora y ahí está. Ya Roxi dio su visto bueno. Mañana será un desayuno diferente.


Luego de amarrar.


Los primeros 45 minutos, tapado a fuego lento. Luego de echarle un ojo lo devolví a la olla destapada.


El resultado final.

sábado, 19 de enero de 2008

Comenzando 2008 en crisis

De la vida ha entrado en crisis. Lleva varios meses en crisis, ahora es más que evidente. Se le ha hecho necesario pensarse a sí mismo (a través de su autor).

En días pasados escuchaba una frase atribuida al gran filosofo de la pelota Yogi Berra: Si te consigues una encrucijada en el camino, ¡tómala!

Una encrucijada, una crisis. Hace algunos años supe que la palabra crisis deriva del latín para cruce, encrucijada. No lo olvidé jamás.

En uno de los sentidos de nuestro hablar, crisis representa un momento difícil, en el que debemos reflexionar, tomar decisiones y cambiar el rumbo. La dificultad viene de la decisión. Y de la decisión en sí no nos preocupa la opción que elegiremos, sino las que dejaremos fuera. Las que abandonaremos.

La resolución de una crisis implica desprendimiento y responsabilidad ante él. A cualquiera se le pueden poner los pelos de punta con eso.

Agradezco al autor de la entrada sobre el señor Berra, en la wiki de habla inglesa, una aclaratoria importante sobre la frase de la encrucijada. Al parecer Yogi Berra estaba explicando como llegar a su casa. En el camino había un cruce irrelevante, pues escogiendo cualquier opción se llegaba de igual modo.

En esto es donde opino que este señor es un genio. Muchas otras personas habrían explicado que por la opción derecha es más corto, pero que la izquierda es más bonito. O qué sé yo. Él fue a lo esencial, si ves el cruce, ¡tómalo!

Pero no eludamos el cruce de "de la vida". Una pausa de casi un mes y ahora hemos escogido, tal vez, la opción correcta. Si es así, el próximo gran cruce estará lejos.

En esta búsqueda, "de la vida" será más universal, igualmente personal y menos privado. Tal vez termine siendo más parecido a muchos blogs que hay por ahí. Corremos el riesgo de que acabe siendo como los demás. Ha sido una decisión difícil.